PRIMERA EDICIÓN |
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CRÓNICA breve de la PRIMERA JUSTA celebrada en el año 1606 |
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A veintiocho de
enero
[¿diciembre?]
de 1606, día de los Santos Inocentes, que fue el aniversario de la
muerte del Venerable Domingo Anadón, en el cual se cumplían cuatro años
después de su dichoso tránsito, le pareció al padre Portero, fray Juan
de Peñalosa, su sucesor, hacer las acostumbradas de su bendito
predecesor con alguna extraordinaria solemnidad, y ordenó que después de
la Misa de Todos los Santos, y sermón que se predicó de sus grandes
virtudes y santidad, hubiese por la tarde en el Convento una JUSTA
POÉTICA, en que se dijesen las maravillosas grandezas del bendito
limosnero.
Esto se acordó cuatro días antes de Navidad, y aunque fue breve el
tiempo, no fue bastante estorbo para que los delicados ingenios de
Valencia no volasen como águilas, en seguimiento del celestial Anadón, y
diesen alcance a muchas de sus alabanzas.
A los pobres aquel día se les dio un regalo o limosna, algo más de lo
ordinario, a honra de Dios y del Santo Limosnero Anadón, cuya fiesta se
hacía.
Dio pues el padre portero 19 camisas; y a la comida acostumbrada se
añadieron doscientos pares de huevos, treinta libras de queso, una
arroba de arroz y doscientos cincuenta panes.
Fijáronse carteles en que se daban tres temas o motivos poéticos,
relacionados con la vida, la limosna y los milagros del santo
caritativo, fray Domingo, y se prometían premios.
La celebración de
la Justa, el padre Vicente GÓMEZ la relata asi: |
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Justa
poética que en el convento de predicadores vuo,
en alabança del gloriosíssimo padre fray Domingo Anadón. A Veynte
y ocho de Enero de 1606 día de los santos Innocentes, que fue el de
la muerte de nuestro bendito padre prophetizado por el mismo, en el
cual se cumplian tres años despues de su dichoso transito, que
después de la Missa de todos los Santos, y sermón que se predicó de
sus grandes virtudes, y santidad, huviesse por la tarde en el
Convento una Justa Poética, en que se dixessen maravillosas
grandezas del bendito Portero. Esto se acordó tarde, quatro días
antes de Navidad, y aunque fue breve el tiempo, no fue bastante
estorvo para que los delicados ingenios de Valencia no bolassen como
Águilas, en seguimiento del celestial Anadón, y diessen alcance a
muchas de sus alabanças. (...) Fixáronse carteles en que se dava
tres sugetos, y se prometían premios; y el día señalado, aviendo muy
grande concurso de gente en la yglesia de Predicadores, asentándose
los tres Juezes. Que deste certamen se señalaron, se dio principio a
la fiesta, con unas Redondillas que compuso, y leyó don Miguel de
Ribellas, tan bellas, merecen ser alabadas muy de espacio, leyéronse
en nombre de los pobres, y dezían assí.
Más tarde el mismo
Vicente Gómez efectúa un resumen de lo que se pide en el cartel:
En el
cartel pedían los juezes un Soneto, en que se cifrasse toda la
vida del bendito Portero.
Cinco Redondillas,
que tuviesen por sugeto uno de sus milagros.
Y seis Octavas, que tratassen de la limosna corporal, y
espiritual que dava a los pobres.
A estos sugetos leyeron primero muchos a la devoción. (Estos son
los que no entraban en concurso) |
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Asi pues, debían presentarse:
a) Un soneto sobre la vida del Venerable Domingo Anadón. Los premios para esta categoría fueron:
Primer premio, una sortija de oro. Segundo premio, una cuchara de plata.
b) Cinco Octavas, sobre la limosna a los pobres. Primer premio, un relicario de plata.
Segundo premio, dos pares de
guantes.
c) Doce Quintillas o Redondillas sobre algún milagro atribuido a su
intercesión. Primer premio: unos guantes de ámbar (1). Segundo premio: tres rosarios
de plata.
Y el día señalado, habiendo muy grande concurso de gente en la iglesia
de Predicadores, asentándose los Tres Jueces, que para este certamen se
señalaron, y el tribunal lo formaron, junto con ellos, Fray Diego Más
como Presidente y el poeta Miguel Ribellas de Villanova, que hizo de
secretario.
Dio comienzo el Certamen con las quintillas de Don Miguel Ribellas de
Villanova, que hacía la introducción al certamen y que leyolas él mismo,
en nombre de los pobres.
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Los premios fueron los siguientes:
UN
SONETO SOBRE
SU
VIDA
Primer Premio
Padre
Fray Francisco
de Castro
“Vistió
Jesús
de pobre
el primer
manto...”
Segundo
Premio
Doctor
Alonso
García
de Luxán
“De
niño
la
inocencia
santa
y pura...”
CINCO OCTAVAS
SOBRE
LA LIMOSNA
A LOS
POBRES
Primer Premio
Sor
Bernarda
Romero
“Entre
pobres,
Domingo,
os considero...”
Segundo
Premio
Vicente
Gascón
de
Ciurana
“La
cabeza
del mundo
Pedro
santo…”
DOCE
QUINTILLAS
o REDONDILLAS
SOBRE
SUS
MILAGROS
Primer Premio
Doctor
Pedro Juan
Rejaule
“Aunque
de Anadón
la
pluma...”
Segundo
Premio
Mosén
Lorenzo
Valenzuela
“La
luz,
o revelación...”
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Sentencia del Certamen A la finalización de la lectura Don Miguel Ribellas de Villanova leyó la
sentencia comenzando con unas octavas, tan graves e ingeniosas, como
elegantes; seguidas de unas redondillas.
Después da fin el pregón, y empiezan los remoquetes. Finalizando el acto
con la sentencia final, que dice assi: |
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Estos son,
Domingo santo,
los bien entonados Cisnes
que vuestras altas grandezas
encarecieron humildes.
Y en el monte
desa vida,
que con cielos compite,
las minas han descubierto
venturosos zahoríes.
Y pues dixe sus
defectos
Fiscal con licencia libre,
ya como Juez alabo
sus pensamientos sutiles.
Y vos, divino
Portero,
que vuestros mendigos tristes
entre dotrina a medida
de su entendimiento simple.
Los
mendruguillos de pan
de madera repartistes,
que a muchos, sobrara poco,
con milagros infalibles.
Al aver de
repartir
los baxos premios visibles,
que entre estos fieles devotos
oy mi Sentencia divide.
Pues no me dáys
esta gracia
de que yo los multiplique,
consuelos, y desengaños
dessas esferas sublimes.
A quien no
gana, embiad;
será maravilla insigne
desengañar un Poeta,
más que hazer un Topo, Linze.
Que con tal
favor, siguro
de su cólera terrible,
digo que es digno Soneto
de que el premio aplique.
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El que fray Castro
escrivió,
y assí Domingo permite
honre la sortija de oro
mano que tan bien escrive.
Que aunque con él
me parece
algo el premio incompatible,
para quando Obispo sea
es bien que se le anticipe.
Y la cuchar que
solía
ser premio de bailarines,
Luxán, es fuerça la lleve
pues nadie mejor la pide.
A las coplas de
Rejaule
los guantes de ámbar y almizque,
pues que tan justo le vienen
es justo que se le embíen.
Valençuela, los
rosarios
eva, conque a Dios suplique
la injusticia perdone
que quiçá en dárselos hize.
El Reliquiario ha
premiado
de la Monja los matizes
con que al Sacro nos pintó
entre sus pobres humilde.
Los guantes de
flores gana
Gascón, aunque he de dezirle,
que esto de segundos premios
en flores siempre consiste.
Estos ganan por
mano
Sin sobrarles una tilde,
Porque no se desvanezcan
Ni essotros se desanimen. |
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20 de <diciembre>
de 1606, fiesta de los Santos Innocentes. Cuarto aniversario de la
muerte de Fray Domingo Anadón, portero y limosneros del convento de
Predicadores de Valencia. En su honor.
LAUS DEO |
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